Cuentan las fuentes franciscanas que Francisco significó su cambio de vida vistiendo un hábito de ermitaño, y tomó para ceñir su cintura una correa de cuero, al igual que los monjes benedictinos.
Pero escuchando un día el Evangelio que hablaba del envío de los Apóstoles, y tras pedir al sacerdote una explicación del mismo, decidió cambiar su cinturón de cuero por una cuerda tosca y sencilla.
Los biógrafos hablan de que S. Francisco ceñía su cintura con una cuerda anudada. No mencionan el número de nudos. Pero en las primeras representaciones pictóricas del Santo podemos ver lo sigueinte.
La tabla de San Miniato, de 1228, hoy perdida, representa a Francisco con una cuerda que lleva tres nudos. Posteriormente se añaden más nudos.
Con el tiempo se ha cargado a estos de nudos de un significado: cada nudo hace referencia a uno de los tres votos de la profesión de vida religiosa: obediencia, sin propio (pobreza) y castidad